El 20 de setiembre fueron otorgados los IG Nobel de Improbable Research Inc. que es una empresa que aparte de lucrar, tiene el siguiente propósito:
"Our goal is to make people laugh, then make them think. We also hope to spur people's curiosity, and to raise the question: How do you decide what's important and what's not, and what's real and what's not — in science and everywhere else?"
Por lo regular, los científicos involucrados en estos estudios (que erroneamente se han calificado equivalentes los razzies que otorgan estatuillas para lo peor del cine cada año antes de la entrega de los Oscar) se presentan a recoger los premios, porque la recompensa suena interesante:
"The Ig Nobel Prizes honor achievements that make people laugh, and then make them think. The winners come to a gala ceremony at Harvard University's Sanders Theatre, and then give public lectures at MIT."
Al ver todas las cosas como ratas de laboratorio, los científicos se alejan tanto de la realidad, que pueden ser capaces de romper sus límites hasta llegar al absurdo. Pienso que los investigadores toman a bien los premios, pues es una manera de reirse de si mismos.
En el curso de Industria y Cultura Publicitaria utilizamos libros que he comprado de segunda mano para la confeción de las antologías y en algunos casos están subrayados. Responsablemente le recuerdo a los estudiantes sobre esta investigación premiada con un IG Nobel, con el propósito de reirme:
LITERATURE: Vicki Silvers Gier and David S. Kreiner of Central Missouri State University, for their colorful report "The Effects of Pre-Existing Inappropriate Highlighting on Reading Comprehension." [ PUBLISHED IN: Reading Research and Instruction, vol. 36, no. 3, 1997, pp. 217-23.]
Acá, una porción del abstract:
Outcomes: Performance on the NDRCT was lower in the inappropriate condition than in the others. This supports the authors? hypothesis that inappropriate highlighting would reduce reading comprehension. There was no significant difference in test performance between the control group and the appropriate highlighting group. This supports previous research showing that highlighting of appropriate materials does not interfere with the retention of materials. The study points out that if the participants had actively taken part in the highlighting of appropriate materials, there may have been a significant difference between the Appropriate and Control groups.
Follow-up Activities: A second experiment was used to test whether a prior warning would eliminate the negative effect of inappropriate highlighting. The same test and conditions applied to this group. The results show that even with prior warning, participants in the inappropriate group would be unable to ignore the inappropriate highlighting.
Cuando uno lee los resultados del trabajo, comprende que estas investigaciones tienen la clara virtud de hacernos reir, pero a la vez nos ponen a pensar, sobre qué es lo importante. Especial, efática y directamente en el caso de este estudio.
Si quieren divertirse y pensar un buen rato (más lo primero que lo segundo y viceversa), les dejo el link de los premios que históricamente han sido otorgados:
http://www.improbable.com/ig/winners/
Contrario a la frase, lo relevante es lo irrelevante, les mando este post de regalo.
¡Ah! Para terminar, pienso que debería ponerme las pilas para que algún día me concedan este honor... ¡delirante!
Publiciudad. Tendencias de la publicidad y de los medios de Comunicación en América Central. Opiniones sobre cine, estadísticas de #librorecomendado y cultura local.
jueves, 27 de septiembre de 2012
La relevancia de los IG Nobel
Etiquetas:
IG Nobel
jueves, 13 de septiembre de 2012
¡Los números tambien son sexys! Benchmarking de Fanpages en Costa Rica
Acá aprovecho para compartirle a los asistentes, las filminas de la presentación: Los números también son sexys. Benchmarking de Fanpages en CR. ¡Provecho!
domingo, 2 de septiembre de 2012
El árbol de la vida
En el aniversario de la muerte de su hermano de 19 años R.L. (Laramie Eppler), el problemático arquitecto Jack O’Brien (Sean Penn) recuerda su turbulenta niñez en los años 50 en Waco, Texas, y reflexiona sobre su relación con su autoritario padre (Brad Pitt), su amorosa madre (Jessica Chastain) y Dios.
Asistimos a una historia de carácter autobiográfico o casi, construida magistralmente por Terrence Malick, que se sintetiza en seis fragmentos. Hay elipsis de millones de años, brincos temporales entre ellos, que por la sintaxis del cine completamos con lo no dicho o lo sugerido. La vida es una suma de recuerdos imprecisos, las más de las veces; las menos, vívidos e imborrables. La Gracia. Una aurora en la pantalla ¿Acaso es Dios? Sobrepuestos en los recuerdos de la niñez de la Sra. O’Brien, las polaridades de la vida: el camino de la naturaleza y el camino de la gracia. Todos debemos escoger cuál seguir. El primero, siempre encuentra razones para ser infeliz cuando todo brilla; el segundo, se funda en el amor y lo que conlleva. RIP. Un cartero llama a la puerta, la Sra. O’Brien recibe y lee una carta. Alguien ha muerto. Ella telefonea a su esposo a punto de abordar un ruidoso aeroplano. En el horizonte cae el atardecer. Pitt y Chastain encarnan sus personajes admirablemente. La edición de sonido e imágenes mezclan el dolor. Malick prefirió música de cámara y utilizó retazos de las partituras de Alexandre Desplant para intensificar la evocación, cuestionamientos a Dios, reproches y especialmente para reafirmar la voz interior: recuerdos, pensamientos, sueños borgianos. La pantalla y el sonido de la Sala Garbo menguan la calidad de la proyección. La Culpa. Jack se despierta invadido por sentimientos de culpabilidad y tristeza. El interior de su casa, el vacío de su alma. Los recuerdos de R.L. lo atropellan. El éxito profesional no lo lleva a ninguna parte en el ascensor de la contemporaneidad arquitectónica de la ciudad. Está distraído, conversa con su padre, como un fantasma deambula por pasillos y oficinas: ¿Dónde te perdí? Encuéntrame, le responde R.L. o el creador. La dirección de arte por Jack Fisk es impecable. Ha participado en otras obras de Malick, además de Carrie , The Straight Story , Mulholland Dr. o There will Be Blood , entre otras. El principio. A diferencia de Kubrick, cuando con un hueso nos lanza miles de años en Odisea del Espacio 2001 , Malick se remonta 14.000 millones atrás, al Big Bang y secuencialmente a la formación de galaxias, planetas, organismos procariotas, la vida marina, a un dinosaurio compasivo de su presa y, finalmente, al asteroide que impactó Yucatán. Es la historia del tiempo, al árbol de la vida que Stephen Jay Gould reformuló para celebrar la riqueza y complejidad contingente de la evolución, con imágenes y efectos especiales (cual blockbuster de SciFi), acompasados por el misticismo de la Lacrimosa , de Preisner, o el Canto Funeral , de Tavener. Esta secuencia sorprende al cinéfilo y al experto, pues se opone a la estructura aristotélica e incorpora una profundidad sin parangón. Nadie esperaba la evolución del universo, símil de la vida humana, la de Jack y la nuestra, para abrir espacio a las reflexiones más hondas. La Naturaleza. Este fragmento es superlativo. Nos cuenta la vida de los O’Brien: el romance, el nacimiento y crecimiento de Jack, R.L. y Steve (Tye Sheridan). La construcción de sus personalidades, sus andanzas y juegos. La faceta dura del papá y de la abnegada mamá. Nos cuenta de un padre insatisfecho, que forja a sus hijos con “coyunda”, a defenderse a golpes: “si quieres éxito no puedes ser demasiado bueno… lo único que quise fue hacerte fuerte, que fueras tu propio jefe…”. Un padre exigente e intolerante hasta provocar odio, furia, venganza o rencor. La madre, todo lo contrario: complicidad, compasión, cuidado, perdón, amor. La riqueza del lenguaje visual, de las perspectivas y ángulos, de la admirable fotografía del mexicano Emmanuel Lubetzki que, cámara al hombro y con iluminación natural, nos aprisiona y enseña la batalla interior que heredamos de nuestros progenitores: “¡Papá, mamá, ustedes siempre luchan dentro de mí!”, como los ángeles del bien y mal que nos azuzan. El fin. Es el dintel de una puerta a un árido desierto. La tierra devorada por el sol. Jack atormentado vagando entre rocas, un lago salado seco o en el interior de una iglesia, tras su niñez, R.L. y su padre. En simultáneo, su madre realiza un viaje semejante. Un sugerido terraplén, altar solar o puerto a otra dimensión nos lleva a la orilla del mar. Multitudes apocalípticas se aglutinan y él (Jack y Malick) encuentran su catarsis. Al final queda una llama. La infinita soledad de Dios o la nada. En su regreso al pasado o al presente, hay una historia cerrada oculta por pequeños gestos de los personajes, casi imperceptibles en sus últimas secuencias. El cine es la vía de Malick de expiarse y expresar complejas ideas filosóficas, que estudió en MIT, Oxford, Harvard y en AFI. Es pretencioso afirmar que las comprendo totalmente. Como espectador, me avasalla la poesía y el arte que emergen de esta obra maestra narrada con voice off , que provoca intensas emociones y una gran densidad en los conceptos. No en balde, la Asociación Internacional de Críticos la premió como la mejor del 2011. Perviven muchas lecciones llenas de esperanzas, la más importante: la única manera de ser feliz es amando.
Etiquetas:
Cine,
Terrence Malick
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