lunes, 13 de febrero de 2012

Moneyball o las consecuencias que conllevan las difíciles decisiones de la vida














Director : Bennett Miller
Guión : Steven Zaillian y Aaron Sorkin (Guión) y Stan Chervin (Historia)
País : USA
Año : 2011

Billy Beane, entrenador del equipo de beisbol de los A's de Oakland, luego de perder su opción de alcanzar el título de la serie mundial en el 2001 y a sus principales jugadores, compra las ideas de Peter Brand y el riesgo de contratar peloteros, no bajo la tradición y normas que han regido el juego por más de 100 años, sino utilizando una teoría económica desarrollada por un desconocido, en la cual se optimizan las posibilidades de éxito con base en estadísticas de desempeño de los jugadores, teniendo como parámetros de restricción una inversión baja o mínima en las contrataciones.

Billy despreció en su juventud una beca deportiva para ser quaterback en Stanford y decidió convertirse en jugador profesional de los Mets, motivado por frases halagadoras de los scouts sobre su alto rendimiento en todas las áreas: batear, correr, fildear, etcétera; pero una vez en las mayores, fue un jugador mediocre que terminó su carrera, precisamente como scout en el equipo de los A's que actualmente gerencia.

Moneyball, más que una película de beisbol, es una historia sobre el valor del trabajo en equipo, el reconocimiento de problemas organizacionales, la delimitación de objetivos y propósitos colectivas, el papel del líder y las relaciones interpersonales para alcanzar e impulsar el logro de metas superiores, gracias a la innovación y al cambio.

La película podría ser motivo de acalorados debates y multiples enseñanzas en las aulas universitarias de bachillerato o maestría de Administración de Empresas, Ingeniería Industrial, Sicología, entre otras, en temas tan diversos como la dirección organizacional, la estrategia empresarial, las relaciones humanas, análisis de casos y hasta la estadística y la probabilidad.

Pero si solamente fuera ello, se convertiría en material didáctico para las aulas y no para la vida, perdiendo su propia esencia, su verdadero valor y ese trasfondo poderosamente revelador que contiene: el infierno que representa tomar decisiones, por el impacto sobre un futuro incierto que no podemos vislumbrar.

Moneyball es un título muy comercial para entender el drama de Billy Beane, soberbiamente interpretado por Brad Pitt, en compañía de Johan Hill en el papel de Peter Brand, ambos nominados a obtener el premio Oscar. Pitt deja de ser Apolo o Dioniso, para convertirse en un gerente tosco y terco al principio, e inspirador al final, pero a la vez humano y frágil...

Hago un paréntesis y extraigo cinco líneas del estribillo de la canción The Show de Lenka:

I'm just a little girl lost in the moment
I'm so scared but I don't show it
I can't figure it out
It's bringing me down I know
I've got to let it go

... frágil, con derecho a equivocarse y nosotros a pensar que Billy erró; o sea, a equivocarnos también.

Muchos hemos estado frente a las grandes encrucijadas de la vida: me quedo o me voy, compro o vendo, me caso o no me caso, arquitectura o publicidad. Sin bola de cristal, al final solo el tiempo implacable dictaminará el balance. Mientras tanto debemos correr con las responsabilidades y costos que la decisión implica. Acá el aporte ético de Moneyball, de ello no nos salvamos. Por suerte nos queda, el derecho a disfrutar de nuestro propio espectáculo.

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